domingo, 16 de diciembre de 2012


Colaborador: Los Domingos de Ángela Norma Michelli


Capítulo 14°

Volvió a sentarse confundida y molesta, no era suficiente todo lo que le hizo, dejar en la tierra su familia, sus pertenencias,sus amores, también debe abandonar a sus cinco amigos.
¡No! no lo consentiré.
Se puso de pie, sirvió el café y salió de la cocina rumbo al resto de la nave.
A veces los rusos no comían con ellos, porque lo hacían en su nave, con sus propios alimentos.
Mientras caminaba pensaba, que no abriría el tele espacial, así no lo veía, ya estaba bastante atrapada, con su voz y sin salida.

Desde la tierra le solucionaban todas las dificultades.
Sabían sobre la velocidad del vehículo, porque desde  la tierra las estaciones de radar, le enviaban señales que el reflector de la nave devolvía de inmediato.
Costantín subió hasta el astrodomo de la nave para observar, astronómicamente la posición de la misma.
Observó un desvío y decidió corregir el rumbo del vehículo y la velocidad hacia la luna.
Así envió hacia la tierra un informe, la comunicación con ella era constante, esto servía para darles la sensación de no estar tan lejos, 320.000 Km. de ésta, por eso la palabra de uno y de otro, tardaba más de un segundo
Débora aprovechando el silencio del sueño de algunos, en la otra nave, el control del piloto navegante y al co- piloto- co navegante, al mando de la misma.
Se habían turnado.
Se deslizó silenciosamente hacia la pantalla panorámica.
Encendió el aparato y se sentó a esperar.
Instantes después Deig, dejó por momentos su trabajo al escuchar leves ruidos en la sala A.S.C.
Se acercó, abrió lentamente la puerta y la vio con la pantalla encendida, aún en blanco.
Débora ¿qué haces aquí? ¿No tienes sueño?
No, Deig.
 ¿Qué esperas ver a estas horas?
Algo aparecerá amigo.
 Que Dios te proteja amiga, dijo en silencio y se marchó.

Continuará...


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